Después de un invierno lluvioso, el campo está verde, las cepas empiezan a brotar y todo está salpicado de almendros en flor. Es perfecto para pasar un día entre viñas.
Por eso ofrecemos a nuestros clientes una experiencia distinta; conocer el mundo del vino desde el viñedo, las diferentes variedades de planta, las labores que se ejecutan a lo largo del año. También se visitará lagares rupestres y guardaviñas. Se redondea la mañana con una cata de vinos comentada, con maridaje de tapas.
Y por supuesto, recomendamos a nuestros clientes completar la estancia con una visita a una bodega para conocer el proceso de elaboración del vino.
Con todo esto, los clientes dejan el hotel convertidos en «expertos del mundo del vino»
El plan es muy bueno. Además de la visita a la bodega, y de la cata de vino, está la visita a la viña, que muchas veces se nos olvida…. Gracias por la información y por la propuesta.